La zorra con el fuego al rabo








[Babrio]
Uno que quería deshacerse de una zorra, enemiga de sus viñas y huertas, con un exótico castigo, le ató un poco de estopa al rabo, le prendió fuego y la dejó escapar. Pero a ella un Espíritu vigilante la encaminó hacia los labradíos del que le había hecho daño, con el fuego al rabo. Era la época de la cosecha y la mies estaba llena de hermosos y esperanzadores frutos. El hombre la seguía llorando por su mucho trabajo perdido, pero su cereal no llegó a ver la era.

Es necesario ser templado y no irritarse sin medida, pues hay un castigo de la ira, del que ojalá me guarde, que descarga su peso sobre los irascibles.