Bóreas y Helios - El viento norte y el sol








[Esopo]
Bóreas y Helios disputaban por su fuerza. Acordaron conceder el triunfo al que de ellos consiguiera desnudar a un caminante. Bóreas empezó soplando con mucha fuerza; como el hombre apretó su vestimenta, Bóreas arreció más fuerte. El caminante, molesto por el frío, se puso encima otro manto y aún más grueso hasta que Bóreas, cansado, se lo pasó a Helios. Éste, al principio, lució con moderación, cuando el hombre se quitó el vestido que llevaba de más, aumentó el ardor de sus rayos, hasta que no pudiendo soportar el calor, se desnudó y fue a bañarse al río que había al lado.

La fábula muestra que, con frecuencia, la persuasión es mucho más eficaz que la fuerza.







[Babrio]
Entre el viento del norte y el sol dicen que se entabló una discusión a propósico de quién le quitaría la pelliza a un campesino que iba de camino. Sopló el norte primero, como cuando sopla desde Tracia, pensando que se la arrancaría a su portador por la fuerza. Pero éste no sólo no aflojó sino que al entrarle frío, se ciño los bordes con las manos por todas partes y se sentó, reclinando la espalda en el saliente de una roca. El sol en cambio, al principio asomó suave, librando a nuestro hombre del frío del nortazo y después fue añadiendo más calor. De pronto le entró calor al labrador y él mismo tiró el manto y se desnudó. El norte fue así derrotado en la competición. Y dice la fábula:

Procura, hijo, la delicadeza. Conseguirás hacer más por la persuasión que por la violencia.