La encina y la caña








[Esopo]
Una encina y una caña por su resistencia discutían. Levantóse un fortísimo viento y la caña, como se curvaba e inclinaba ante el soplo de aquel, consiguió librarse de ser arrancada de raíz, mientras que la encina, por resistirse, fue arrancada de cuajo.

La fábula muestra que no conviene rivalizar ni resistirse a los que son más fuertes.







[Babrio]
A una encina de raíz arrancó el viento en la montaña y dio con ella en el río. Y este le arrastraba entre sus remolinos en su enormidad de árbol plantado por hombres de otras generaciones. Muchos juncos había en ambas orillas bebiendo el agua ligera del río. Y a la encina le causó extrañeza de cómo uno que era débil y frágil no había caído y ella. en cambio, semejante roble, había sido arrancada de raíz. Sabiamente, el junco le dijo: "No te extrañes. Tú luchaste con los vientos y fuiste vencida. Nosotros, en cambio, con nuestro blando carácter nos doblamos por poco que el viento nos mueva la cima". Así habló la caña, y

La fábula nos revela que no hay que luchar contra los poderosos, sino ceder.